A veces la ansiedad puede actuar como un método que agiliza nuestras actividades y solo en esos casos puede ser utilizada a tu favor, sin embargo, con estos consejos y ayuda profesional puedes superar este problema que cada vez afecta a más estudiantes en nuestro país.
Es completamente esperable que para estas fechas ya comiences a sentirte un poco más inquieto y/o ansioso, la incertidumbre sobre el futuro es una característica muy común y natural en este proceso que implica la determinación de un proyecto de vida, ya que el progreso y el crecimiento emocional implican transitar por etapas de cuestionamiento o dudas. Sin embargo, cuando este sentimiento se vuelve abrumador y comienza a provocar estragos en nuestras rutinas diarias, alterando o inmovilizando nuestros recursos, es cuando necesitamos acudir a un profesional (Corica, 2012).
Mientras la ansiedad actúe como un motor agilizador de nuestras acciones podemos utilizarla a nuestro favor, pero cuando esta nos sobrepasa, para manejar la angustia puedes utilizar diversas técnicas que te pueden ser beneficiosas (Roca, 2005):
- Respiración Diafragmática: Una de las principales características de la sintomatología ansiosa es la dificultad respiratoria, en este sentido se ha demostrado que una de las técnicas más eficaces en el tratamiento de estos síntomas es la respiración diafragmática. Para emplearla puede seguir los siguientes pasos:
- Espiración: En una posición cómoda (sentado o tumbado) expulsamos todo el aire de nuestros pulmones.
- Inspiración: Toma aire de manera continuada y mientras haz pequeñas pausas conteniendo el aire inspirado.
- Finalmente, cuando sea nuevamente la hora de espirar el aire que hemos consumido hazlo de forma lenta y pausada. Concentrándote en cómo sale el aire y las demás sensaciones percibidas para lograr un estado de relajación.
- Desensibilización Sistemática: Esta es una técnica que busca modificar nuestras conductas de evitación o huida en situaciones que nos provocan ansiedad para que seamos capaces de enfrentarlas. Particularmente para elaborar una estrategia de este tipo necesitamos de la guía o apoyo de un profesional especializado que nos inicie en un programa de desensibilización por exposición a ciertos estímulos que pueden producirnos aquel sentimiento de angustia.
- Reestructuración Cognitiva: Con esta estrategia el objetivo es el de modificar nuestras interpretaciones y pensamientos volviéndolos más acertados a nuestra realidad y contexto. Se lleva a cabo en tres pasos:
- Identificar pensamientos erróneos: Reconocer cuáles son aquellos pensamientos que en determinadas situaciones me producen esta sensación de malestar.
- Analizar los pensamientos erróneos: Revisar los pensamientos en busca de comprobar la veracidad de ellos, con pruebas y evidencias demostrables.
- Modificar los pensamientos erróneos: Flexibilizar en torno a nuestros pensamientos erróneos, reemplazándolos por otros más adecuados a nuestra realidad, de los cuales tengamos las razones bien fundamentadas.
Estas técnicas de forma individual o conjunta pueden resultarte útiles en su uso diario o específico para ciertas situaciones o estímulos que puedan provocar en ti estas sensaciones de angustia y/o ansiedad. Específicamente para el momento de afrontar la Prueba de Transición a la Educación Superior (PDT) existen algunas estrategias que podemos emplear para bajar los niveles de ansiedad propios del momento:
- Conoce tu instrumento: Relacionarte y familiarizarte previamente con la prueba te será útil al día de la rendición, ya que estarás recorriendo un camino conocido y esto disminuirá tu ansiedad ante la prueba. Para ello es recomendable resolver ensayos en línea, conocer el temario de las pruebas y/o asistir a un preuniversitario.
- Planifica tu ruta: Cuando llegue el momento de presentarte al reconocimiento de salas, se sugiere asistir sin falta, pues conocer y familiarizarte con el lugar donde rendirás la prueba te ayudará a establecer cuál será tu ruta para llegar y cuánto te demoras en ella.
- Mantén una rutina previa estable: Es fundamental que no alteremos nuestras rutinas diarias, puesto que cualquier cambio puede afectar nuestros estados de ánimo. En este sentido, se aconseja mantener los días previos a la prueba dentro de lo conocido, con rutinas de alimentación y sueño adecuadas.
REFERENCIAS
Corica, A. (2012). Las expectativas sobre el futuro educativo y laboral de jóvenes de la escuela secundaria: entre lo posible y lo deseable. Ultima década, 20(36), 71-95. https://dx.doi.org/10.4067/S0718-22362012000100004
Roca, E. (2005). Cómo superar el pánico: con o sin agorafobia. Programa de autoayuda 4° Edición. Valencia: España. ACDE Ediciones. ISBN: 8493115681