El destacar los logros individuales y grupales de los estudiantes, valorando sus esfuerzos sin importar los resultados finales les ayudará a entender que lo que los define va más allá de sus calificaciones, como sus valores y habilidades particulares.
Se acerca el fin del año escolar, y con ello todos nos podemos notar un poco más cansados que de costumbre. La última etapa del año nunca es fácil, los meses avanzan rápidamente y sin darnos cuenta ya estamos en diciembre, y de repente se hace presente el cansancio y agotamiento que hemos acumulado durante los semestres anteriores. Debemos recordar que no solo nos sentimos así los profesionales, sino también nuestros alumnos, especialmente aquellos estudiantes que han llevado consigo durante este año el tremendo peso de cargar con la responsabilidad de decidir sobre su futuro camino ocupacional profesional.
El fin del año escolar es una etapa donde concluye una serie de procesos de aprendizajes en nuestro estudiantado, allí se pueden observar sus logros y cerrar ciclos de enseñanza en todas las áreas de su vida (Agencia de Calidad de la Educación, 2018). Terminar bien el colegio, egresar con buenas notas y rendir una buena prueba de transición para la educación superior, es sin duda un factor de estrés añadido a la expectación y la ansiedad que produce el término del año, por ello como profesionales de la educación debemos de asegurarnos de emplear las estrategias adecuadas para acompañar el proceso de cierre de nuestros alumnos, para conseguirlo te presentamos algunas recomendaciones:
- Destacar los logros individuales y grupales de los estudiantes, valorando sus esfuerzos sin importar los resultados finales. Así, implementamos la idea de que las notas son solo un elemento de evaluación, que aquello que los define va más allá de sus calificaciones, como sus valores y habilidades particulares.
- Disminuir progresivamente la presentación de contenidos, puesto que a estas alturas del año lo más probable es que los niveles de concentración de los estudiantes se vean afectados y disminuidos considerando que la atención se encuentra mayormente focalizada en la anticipación de lo que serán los siguientes acontecimientos importantes que se acercan, desde la PDT hasta las festividades de fin de año y con ello las vacaciones.
- Trabajar en torno a las motivaciones de los estudiantes realizando actividades lúdicas y entretenidas para ellos, teniendo en cuenta el contexto actual, las festividades o los próximos eventos que estarán experimentando en sus vidas. De esta manera, podremos potenciar procesos de aprendizajes significativos, en los que refuercen los contenidos vistos durante el año, flexibilizando para trabajar en torno a las necesidades de los estudiantes.
- Brindar momentos de esparcimiento y relajación para que los estudiantes puedan desarrollar otro tipo de habilidades más bien relacionadas con la creatividad y la imaginación donde logren desarrollar experiencias de distención, enriquecedoras en lo social y lo afectivo.
- Proporcionar espacios seguros donde puedan compartir sus inquietudes personales respecto de los procesos que se encuentran próximos a vivenciar. Recordemos que, si bien pronto serán mayores de edad, de alguna forma continúan bajo el alero protector de sus padres y el colegio, por lo que comenzar esta nueva etapa más “adulta” puede provocarles cierto temor, incertidumbre o miedo, por lo tanto, nosotros debemos estar preparados para apoyar en las necesidades que surjan durante el proceso.
- Trabajar junto a la familia es de suma relevancia, la vinculación, las estrategias y las herramientas que utilice el grupo familiar deben estar coordinadas con lo que la escuela va realizando. De este modo el estudiante observa continuidad en los apoyos brindados, propiciando que el sujeto luego busque ayuda de forma autónoma.
REFERENCIAS
Agencia de Calidad de la Educación. (2018). Claves para el Mejoramiento Escolar. Santiago: Chile. ISBN: 978-956-9484-10-0. Recuperado de: https://archivos.agenciaeducacion.cl/060308MEJORAMIENTO_online.pdf